Quito, 7 abr (EFE).- El ministro de Salud Pública de Ecuador, Juan Carlos Zevallos, dijo confiar en que en los próximos días se “aplanará” la curva de casos de coronavirus en Guayaquil, aunque advirtió de que todavía habrá “días duros” para esa ciudad, la más azotada por el COVID-19 en el país.
“En Guayaquil estamos, prácticamente, llegando al fin de este ascenso exponencial” que se ha registrado en la ciudad desde el pasado 29 de febrero, cuando se detectó el primer caso en esta urbe y en el país, señaló Zevallos en una entrevista con Efe.
Sin embargo, “van a haber días duros”, porque la pandemia seguirá cobrando “la factura” del contagio, añadió este experto epidemiólogo que se hizo cargo de la cartera de Salud el pasado 21 de marzo, tras la renuncia de Catalina Andramuño.
Zevallos envió a los ecuatorianos un mensaje de “optimismo y esperanza” y, aunque dijo que no hay que bajar la guardia ante un virus “letal”, señaló que a este enemigo se lo combate “en casa”.
QUÉDESE EN CASA, ES LO MEJOR QUE PUEDE HACER
“Quédese en la casa, es lo mejor que puede hacer”, pidió a los ciudadanos el ministro, quien aceptó que la aparición de “un virus completamente desconocido” tomó desprevenido al país y al mundo.
Según un último informe de las autoridades ecuatorianas, en el país se han registrado 3.747 personas contagiadas, de las que 2.534, un 67 por ciento, se encuentran en la provincia de Guayas, cuya capital es Guayaquil.
Además, de los 191 fallecidos, 130 han muerto en Guayas, lo que supone un 68 por ciento del total de decesos, según las cifras oficiales.
LA SITUACIÓN EN GUAYAQUIL ES GRAVE, PESE A CONTROLES
Para él, la situación en Guayaquil “es grave” y “lo sigue siendo” en muchas dimensiones, pese a haber mejorado los controles.
Se refirió, por ejemplo, al manejo de los cadáveres en Guayaquil, donde la situación se ha desbordado por el abandono masivo de restos por parte de ciudadanos temerosos del contagio.
En Guayaquil, antes de la pandemia, se manejaban unos 35 muertos al día, pero con el contagio reciente, ese número subió a 70 y, en algunos días, incluso alcanzó el centenar.
Todo esto “nos cogió de sorpresa” a las autoridades, aceptó el responsable de la Salud Pública.
LA VIDA DEL VIRUS: ASCENSO-MESETA-DESCENSO
Comentó que la presencia de los virus, si se la ve en una curva metodológica, formaría “una especie de campana”, que tiene “un ascenso grande, una meseta y un descenso de la vida del virus”.
Ese conocimiento que se ha ido alcanzando en el camino, hace suponer que el ascenso exponencial que se registró en Guayas no se reproducirá en otras zonas de Ecuador.
Por esas razones, “el impacto de esta pandemia va a ser menor en Quito” que en Guayaquil u otras regiones del país, donde ya se ha estado notando un descenso, añadió.
Por otra parte, aceptó que en su país hay “una limitación” en cuanto al personal para atender la emergencia sanitaria y aseguró que ha habido una bajada de un “30 por ciento” del personal médico, debido a que muchos facultativos se han infectado y han dejado de trabajar.
Fernando Arroyo