Por Mary J. Andrade
San José, 12 de marzo – ¿Cómo dar con el hilo que llevaría al centro de la madeja para encontrar a María Moreno? Fue la interrogante que mantuvo en vilo, explorando diferentes vías por varios años, a la directora del documental “Adiós Amor”, Laurie Coyle. Después de ver en repetidas ocasiones fotografías de esta activista de los campesinos, y de realizar investigaciones a través de entrevistas, publicaciones, registros de nacimiento y pagos por labor realizada en el campo, y publicar un aviso que decía “si usted conoce a María Moreno y sabe dónde se la puede localizar, comuníquese con…” tuvo Laurie Coyle el ansiado resultado, al recibir una carta y fotografías, enviadas por una de las nietas de María.
Finalmente, la directora y co-productora de este documental, pudo llegar a la familia de esta mujer que marcó una época de activismo, llenando con conversaciones, fotografías adicionales, grabaciones de radio y videos los vacíos que existían por falta de información de lo que había acontecido con María Moreno. Fue a través de un camino que parecía no tener continuidad, como pudo Laurie Coyle contar la historia de esta activista que el tiempo había olvidado. El documental “Adiós Amor” fue presentado la semana pasada durante el desarrollo del Festival de Cinequest 2018.
Hace más de 50 años y antes de César Chávez y Dolores Huerta, esta campesina ya había dedicado durante años sus energías reclamando justicia para quienes ponen los alimentos en nuestras mesas, aunque ellos en muchos casos no tengan comida con que alimentar a sus familias. La historia de María está escrita a través de los campos agrícolas de California.
Sus hijos narran la vida familiar, incluyendo el hecho de que en 1958, junto con unos 3,000 campesinos, sufrieron carencias hasta casi morir de hambre. Los discursos de María llevaron a la agencia de Welfare a revocar su política y ofrecer asistencia a los campesinos; después de conseguir este cambio a través de su activismo dando testimonios, María se dedicó a la organización del Comité de Trabajadores Agrícolas.
María Moreno, madre de 12 hijos, fue la primera campesina en Estados Unidos que fue contratada como organizadora de un sindicato. Quienes la conocieron recuerdan que ella era incapaz de sentir temor en expresar sus sentimientos durante la lucha que emprendió, “supongo que tenemos derechos, es hora de pedir justicia”, se la escucha comentar en el documental. Al decir de un fotógrafio entrevistado, “Hacía llorar al oírla contar su historia”.
Durante la presentación del documental emerge el hecho de que en una carta, al iniciar su activismo en favor de los campesinos, César Chávez rechazó la idea de unir fuerzas con María Moreno, al indicar que era demasiado fuerte en su forma de ser. Queda para los historiadores analizar esta decisión y cómo hubiese beneficiado al movimiento esa unión de esfuerzos y metas comunes que no se dio.
Este documental presenta el legado de una mujer que tuvo la determinación de luchar por hacer más llevadera y justa la labor de quienes trabajan en el campo y debería ser un material educativo en escuelas, colegios y universidades. El mensaje de María Moreno ratifica en esta época de incertidumbre para tantos, que “la tierra es nuestra mesa y cualquier lugar a donde vayamos es nuestra casa”.
Luego de la presentación del documental, este pasado domingo, muchos de los asistentes se congregaron el Deluxe Lounge, 71 E. San Fernando, en el centro de la ciudad, para una sesión de preguntas y respuestas sobre la vida y activismo de María Moreno y la presentación de Mihistoria.net (un Proyecto oral de compartir historias). Este diálogo fue organizado por La Raza Historical Society of Santa Clara Valley, participando miembros de la mesa directiva, las co-productoras del documental, así como hijas y nietas de María Moreno.
El documental “Adiós Amor – The Search por María Moreno” tiene como Directora a Laurie Coyle; Co-Productores: Laurie Coyle, Jane Greenberg; Editores: Ibon Olaskoaga, Rock Tejada-Flores; Director de Fotografía: Vicente Franco; Compositor: Todd Boekelheide.
La realización contó con el apoyo de National Endowment for the Humanities, Latino Public Broadcasting, Catherine Stricklin and John Manferdelli, LaFetra Foundation, California Humanities, entre otras organizaciones.