Por Ernesto I. Garibay Mora
En las últimas semanas la figura de Andrés Manuel López Obrador, líder y candidato presidencial de MORENA, ha sido motivo de un ataque sistemático de los medios de comunicación y del gobierno federal, toda vez que se presenta en las estadísticas con un alto porcentaje de aceptación para las elecciones presidenciales del próximo año; acometida que, por otro lado, él mismo provocó por sus lamentables declaraciones en su más reciente gira a Nueva York donde, entre otras cosas, culpó al Ejército Mexicano de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, afirmación sin fundamento en el ámbito probatorio, aunque hipotéticamente ha sido una institución cuestionada por la violación a los derechos humanos.
Inmediatamente, el presidente Peña Nieto, como el Secretario de Gobernación, Osorio Chong y el mismo Secretario de la Defensa Nacional, sin mencionar su nombre, solicitaron que si se tenían pruebas sobre la intervención del ejército en el asunto de los estudiantes desaparecidos, se presentara la denuncia correspondiente; por su parte, y como ya es común en Andrés Manuel, se desdijo y señaló que sus palabras fueron mal interpretadas por la mafia en poder, a pesar de que existen videos sobre su dicho.
No es de extrañarse que AMLO haga declaraciones sin el menor razonamiento, sin medir las consecuencias políticas, pero sobre todo sin el menor soporte. En la mayoría de sus discursos utiliza el populismo como herramienta de atracción electorera, fabrica una fantasía sobre la facilidad de resolver la problemática económica, social y política que aqueja al país; se extravía en la utopía de que la solución de nuestros males sólo corresponde al gobierno y se asume como un líder mesiánico que con su sola voluntad desaparecerán los oprobios de los mexicanos. Se olvida, por supuesto, que México, en todo su contexto, es partícipe de una economía globalizada, que la sanidad su vida política no se encuentra en las instituciones, sino en los individuos, y en la educación y civilidad que demos a las nuevas generaciones; tan es así que vemos diariamente los conflictos políticos en todos y cada uno de los partidos políticos, no hay uno sólo que levante la mano en aras de la honestidad y pulcritud democrática…buscan el poder, no para la transformación social, sino por el poder mismo.
En ese sentido, de a poco más de un año de las próximas elecciones presidenciales en México, quedan visibles algunos personajes, AMLO por MORENA; Margarita Zavala, Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle Rosas por el PAN; Osorio Chong, Luis Videgaray, José Antonio Meade y Eruviel Ávila por el PRI…El PRD no tiene un precandidato visible en este momento, posiblemente sea designado Miguel Ángel Mancera; por su parte los partidos satélites o pequeños (con el fin de mantener el registro) harán coalición con el PRI.
En el caso de los independientes son visibles Jorge Castañeda, Pedro Ferriz de Con…pero no se descarta al Dr. Ramón de la Fuente o al propio Carlos Slim…frente a éstos, AMLO nada tiene que hacer.