Por Ernesto I. Garibay Mora
Antes de dar mi opinión, envío a Mary y Frank Andrade, una felicitación por el XXXIX Aniversario de La Oferta, que durante este tiempo se ha caracterizado por ofrecer a la comunidad latina en el Norte de California, información veraz y oportuna del acontecer mundial, de los Estados Unidos y particularmente del Área de la Bahía. Un largo tiempo de luchas, de grandes esfuerzos por mantener un medio que se hizo necesario entre la comunidad. Cierto que también hubo episodios que pudieron colapsar tan importante medio de comunicación, pero la decisión y el amor al periodismo de Mary y Frank, no permitieron que ocurriera. Hoy, después de 39 años, siguen cosechando los frutos de su esfuerzo y compromiso social. Un abrazo y mi reconocimiento.
Ahora hablemos sobre uno de los temas más agudos que a partir del día 1 de enero causaron una gran inconformidad social, el aumento desproporcionado de las gasolinas cuyo suministro se vio afectado semanas previas o bien, los acaparadores no vendieron el combustible, causando con ello una seria crisis en el transporte.
Quizá nunca como hoy las protestas públicas estuvieron a la orden del día en varios estados de la república mexicana como Puebla, Querétaro, Aguascalientes, Guerrero, Morelos, Veracruz, etc., en distintas zonas se vieron afectadas las gasolineras y otros comercios; el bloqueo carretero causó un retraso de por lo menos 5 ó 6 horas; además de pérdidas millonarias por la demora de productos, principalmente perecederos.
La pregunta clave y estratégica sería, ¿qué provocó el aumento de gasolina? Bueno, hay diversos factores, entre ellos destaca que México, aunque produce alguna cantidad de gasolina, la gran mayoría la compra a Estados Unidos, casi el 65% del consumo. Las refinerías en nuestro país, no trabajan al 100%, probablemente entre al 35 ó 40% de su capacidad, eso se debe a la falta de mantenimiento, paros laborales y la carencia de tecnología moderna.
De acuerdo a los expertos, de incentivarse la planta productiva de gasolinas, el país podría generar hasta el 80% del combustible, y por consecuencia en beneficio de la sociedad; el gobierno mexicano obligadamente deberá invertir en esa vital área de la producción, so pena de verse seriamente afectado, incluso desaparecer, por el ingreso de empresas extranjeras al mercado nacional; mientras esto no suceda, los precios irán en aumento por la misma variación que existe en el mercado mundial.
Ahora bien, dentro del precio al público por litro de gasolina magna, que es de $15.99 existen dos impuestos que inciden y afectan al consumidor, por un lado el 16 por ciento del IVA, más el incomprensible Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) que en el precio actual de la gasolina fluctúa entre 4 y 5 pesos por litro, en ese sentido, si el gobierno mexicano asumiera verdaderamente su responsabilidad social, debería eliminar esos impuestos que significarían un ahorro al consumidor de por lo menos 8 pesos por litro.
Bajo esa perspectiva, la estrategia, si en realidad se tiene voluntad política y social, sería reactivar con inversión la planta productiva gasolinas (refinerías), y eliminar los impuestos mencionados, por lo menos el IEPS, con ello se beneficiaría al consumidor interno, la planta productiva (a menor costo de operación menor precio del producto) y sería PEMEX gran competidor ante la inminente llegada de empresas extranjeras al mercado interno de nuestro país.