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Madre Teresa: Sus tres “llamados” y su canonización

gettyimages-2615269-695x437Por Íride Aparicio

“Cuando Cristo nos llama lo sabemos”, le dijo Anjeze Gonxha Bojaxhin a su madre, después de recibir su llamado a la edad de 12 años. Obedeciéndolo, seis años después la joven abandonó Skopjey (hoy Yugoeslavia) donde residía con su madre viuda, un hermano y una hermana, y se trasladó a Dublin, Irlanda, donde ingresó de novicia al Instituto de La Virgen María de Loreto, una congregación religiosa dedicada a la educación fundada en 1609, por la inglesa Mary Ward, donde las religiosas enclaustradas (que no salen del convento), se les conoce como “Las Hermanas de Loreto”. La orden, que tiene escuelas en diferentes lugares del mundo, la envió a la India, donde después de tomar sus votos el 24 de Mayo de 1931, Angeze se convirtió en Hermana Teresa.

En la India, Teresa, de origen armenio, pero nacida en Skopje, Macedonia el 26 de Agosto de l910, trabajó como maestra en St. Mary’s High School un instituto para jovencitas adineradas situado a cortas millas de Calccuta de 1931 a 1948. Le gustaba su trabajo, sus alumnas la adoraban. Vivía satisfecha. Pero su vida cambió una mañana en la que fue ordenada a abandonar el claustro, para ir a comprar alimentos, y por primera vez vio el sufrimiento humano en las calles de dicha ciudad. En las aceras, mendigos, y niños desnutridos buscaban entre la basura algo que comer. Ancianos enfermos, o con heridas agusanadas, morían, tirados en la calle. Mientras caminaba, como jamás había dejado el convento anteriormente, se perdió, y tratando de encontrar a Loreto, se metió a un barrio donde las condiciones de vida de sus ocupantes, solo podían ser definidas como miserables. A la joven de sociedad, le impresionó tanto ver la miseria por primera vez, que regresó al convento con los nervios destrozados.

Para calmarla, la Madre Superiora la envió a un Centro de Retiro en las montañas. En el camino, sentada en el tren recibió su segunda llamada. Esta vez, de la boca de un mendigo, que decía tener sed. Las palabras del anciano, le recordaron a Teresa las palabras de Jesús Crucificado diciéndoles a los soldados romanos: “Sed tengo”. La monja interpretó que Jesús le decía, que su “sed, era de amor” porque en el mundo, había mucho odio. Teresa decidió que de ese día en adelante, daría amor a todos sus semejantes, sin importarle, edad, color de piel o religión.

Pope Francis C waves to faithful as he leaves after a Holy Mass and the canonisation of Mother Teresa of Kolkata on Saint Peter square in the Vatican on September 4 2016 Mother Teresa the nun whose work with the dying and destitute of Kolkata made her a global icon of Christian charity was made a saint on September 4 2016 Her elevation to Roman Catholicism s celestial pantheon came in a canonisation mass in St Peter s square in the Vatican that was presided over by Pope Francis in the presence of 100 000 pilgrims AFP PHOTO ANDREAS SOLARO

Después de interpretar su “segunda llamada”, Teresa se comunicó con la superiora en el convento y le dijo que deseaba abondonar el claustro y trabajar afuera, en los arrabales de Calccuta, sirviendo a los más pobres entre los pobres. Roma le otorgó el permiso, después de algún tiempo, pero no la ayuda monetaria o el personal que necesitaba, por lo que Teresa comenzó a trabajar sola, recogiendo enfermos carentes de familias en las calles de Calccuta, y llevándolos a los hospitales locales. Poco a poco, su labor comenzó a ser reconocida. Personas adineradas empezaron a ayudarla, donándole comida y medicinas para sus pacientes, dándole un lugar donde pudiera cuidarlos. Unos meses después, varias de sus ex alumnas en Loreto se unieron a su causa. En unos años fue reconocida por Roma, como la Madre Superiora de su orden: “Misioneras de la Caridad”.

Durante los años, fue fundando nuevos conventos en Europa Occidental, en África, en San Francisco, California, México, Guatemala, Haití, Santo Domingo y otros países de América del Sur. Para evitar los abortos, fundó también Casas especiales para niños abandonados o enfermos, donde futuros padres adoptivos pueden llegar a adoptarlos. Fundó también conventos para hombres (conventos activos), donde los hombres trabajan con los enfermos, y “Contemplativos” donde los monjes rezan y meditan.

En l979, por su labor humanitaria, a La Madre Teresa le fue otorgado el Premio Nobel de La Paz. La conocimos en los años noventa, durante su último viaje a su convento en San Francisco, cuando vino a oficiar la ceremonia del recibimiento de votos de sus postulantas, tuvo lugar en el Grace Cathedral, se veía cansada. Esa tarde, caminó al altar sola, despacio, con su espalda completamente encorvada, lo que la hacía verse aun más pequeña – su estatura era de como cuatro pies –. Sonreía a los presentes, pero sus ojos negros habían perdido el esplendor de los años anteriores. Supimos por la prensa, que después de volar a Nueva York, unos días después, un médico neoyorkino descubrió que su corazón, siempre lleno de amor, ahora le estaba fallando.

Después de su regreso a Calccuta la Madre Teresa recibió su tercer y último “LLAMADO” de Cristo. Esta vez, para pedirle que lo acompañara a la eternidad. Lo hizo el 5 de septiembre de 1997, en la forma poéticamente descrita por un reportero: “Embalsamada en el aroma de la Santidad”.

Reconociendo su labor en la tierra, el entonces Papa, Pablo II, la postuló para adquirir santidad. Después de analizar su vida y verificar su doble milagro, que sucedió cuando al invocarla, la esposa del brazileño Marcilio Haddad Andrino, que tenía tumores en el cerebro, sanó completamente, y a pesar de haber quedado estéril por la quimo, después tuvo dos hijos, que Marcilio describe como “una extensión”, el Papa Francisco decidió canonizarla el 4 de septiembre de 2016, en la Catedral de San Pedro en el Vaticano, a las l0 de la mañana, en una misa oficiada por él.

madre_1Greg Burke, El director de Prensa de La Santa Sede, informó a los periodistas que cien mil boletos para la misa de canonización habían sido distribuidos. Vía televisión del Vaticano, vimos a cientos de personas de todo el mundo descender en Roma, incluyendo 250 monjas de “Misioneras de la Caridad”. Atendieron la ceremonia su postulador (La persona que comienza el proceso de las canonizaciones), el Padre Bian Kolodiejchuk, La Hermana Mary Prema Pierick, y Marcilio Haddad Andrino y su esposa Fernanda Nascimiento Rocha.

La ceremonia de canonización, en la que el Santo Padre y sus obispos vestían de blanco, comenzó con una invocación al Espíritu Santo cantada en la que el himno le describe como el dedo de Dios. En la invocación a los Santos, el coro masculino menciona el nombre de un santo y el femenino responde Ora Pro Nobis (Ora por nosotros) y continúa en esa forma por unos minutos diciendo diferentes nombres de santos.

Durante la Homilía, fuimos recordados que este es el “Año de La Misericordia” y que todos nosotros somos mendigos, por que todos necesitamos la misericordia de Dios. Las palabras nos invitaron a recapacitar en las lecciones que podemos aprender de Santa Teresa y nos recordaron que Calccuta, está en todos los países del mundo donde hay personas ricas, pero con la pobreza muy grande: no pueden o no saben amar.

“Ella vivió en la flama del amor”, dijo el Padre Saldano, “El mudo necesita esa flama”. Al final, el Papa Francisco llamándola “Madre Teresa” y sugiriendo la sigamos llamando así, nos recordó que ahora que es Santa, todos podemos invocarla.

Recordando sus palabras a sus misioneras, pensé que ahora cuando nos sintamos agobiados agobiados, podemos pedirle que nos tome en sus brazos, como tomó a sus desvalidos, y nos recuerde la importancia de hacer nuestro trabajo con amor de aferremos a Cristo y jamás perder la fe.

Otros artículos de Íride Aparicio pueden leerse en www.culturalworldbilingual.com

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