Jerusalén, 17 sep (EFE).- El miedo a una baja participación -por el cansancio que genera una segunda cita electoral en cinco meses- estuvo presente en las intervenciones de los principales líderes políticos israelíes, que acudieron a ejercer su derecho democrático esta mañana.
Los llamamientos a votar parecieron tener efecto, como muestran los primeros datos de participación divulgados por el Comité Central Electoral: un 15% de votantes había acudido a las urnas a las 10 de la mañana, un 2,1% más que el pasado abril y en la cifra más alta alcanzada a esas horas desde hace 25 años.
Entre los más madrugadores estuvo el ultraderechista laico Avigdor Lieberman, que según las encuestas tendrá la llave para dar el gobierno a un partido u otro, busca una coalición que deje fuera a los partidos ultraortodoxos y llamó al pueblo a cumplir con su “deber cívico”.
Votó en el asentamiento judío de Nokdim, en Cisjordania ocupada, donde reside, y advirtió en un mensaje en Facebook: “Pensadlo dos veces antes de llegar al colegio electoral. Quien realmente quiera ver un gobierno de unidad sin ultraortodoxos, sin mesiánicos, sin todos los extremistas, debería pensar bien lo que hace”.
Le siguió el presidente israelí, Reuvén Rivlin, el encargado de encargar la formación de gobierno al diputado con más probabilidades de lograrlo y quien prometió a los israelíes que hará todo lo que esté en su mano para impedir que haya unas terceras elecciones.
“Hoy es un día importante. Solo vosotros, los votantes, sois quienes decidiréis a través de vuestro voto. Por eso es importante decir hoy, una vez más: necesitáis influir, necesitáis votar”, animó.
En un colegio electoral cercano al de Rivlin llegaba poco antes de las diez de la mañana el primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu, que también instó a votar a “cada ciudadano de Israel” y no pudo evitar citar al presidente estadounidense, Donald Trump, cuya cercanía y buena relación ha explotado en la campaña electoral.
“El presidente Trump dijo ayer que estas elecciones estarán ajustadas. Puedo deciros esta mañana, que están muy ajustadas”, advirtió.
Ayelet Shaked, líder de la alianza de derechas Yamina, votó en Tel Aviv y aseguró que, a día de hoy, todavía hay un 30 % de votantes indecisos.
El líder de la unión Laborismo-Guesher, Amir Peretz, también animó a los votantes desde su centro de votación en la ciudad de Sderot, cerca de Gaza, y les recordó que “cada voto, cuenta”.
En las cuatro primeras horas de apertura de los colegios varios partidos registraron quejas ante el Comité Electoral Central, aunque ninguna fue considerada grave.
Israel Nuestro Hogar, de Lieberman, se quejó de que sus papeletas se habían ocultado en un colegio electoral de Ashdod, y acusaron a activistas del Likud de grabar a los votantes a las afueras de los centros. Yamina protestó de que sus papeletas no estaban en la ciudad de Hadera, donde aparecieron con los nombres antiguos de partidos de su coalición, Nueva Derecha y Unión de Partidos de Derechas.
En la localidad árabe de Um al Fahem, un colegio fue cerrado tras enfrentamientos cuando una persona trató de grabar dentro del centro, algo prohibido por el comité electoral.
“Ha habido unos pocos incidentes aquí y allá, pero gracias a dios, han sido solo incidentes menores y no significativos”, dijo el director general del comité, Orly Adas, que también animó a la población a acudir a votar.