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DESDE MI PERSPECTIVA – LA AMENAZA TRUMP

Por Ernesto I. Garibay Mora

El nefasto presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha cumplido un mes de haber asumido formalmente el poder de la Casa Blanca, aunque en el terreno de los hechos, poco asista en ella, sus políticas las determina desde otros espacios, por ejemplo en su campo de golf.

En México se perciben y aplican tres condiciones sobre lo que representa para el país el mando de la nación más poderosa del mundo, un personaje con claros problemas de personalidad, de acuerdo a eminentes psicólogos y psiquiatras de reconocido prestigio mundial como el Dr. Ramón de la Fuente, exrector de la UNAM.

Uno de esos escenarios lo ha creado el gobierno federal, que no ha tenido posturas firmes y concretas, ni en lo económico ni en lo político, en contra del régimen de Trump que aprovecha cualquier oportunidad para atacar a los connacionales, al gobierno y a la economía mexicana; otro escenario lo ha determinado la sociedad civil, en donde se integran políticos y partidos de oposición, organizaciones, empresarios, líderes, iglesias, académicos y largo etc., cuya opinión es heterogénea sobre lo que se debe hacer ante las políticas trumpistas; algunos consideran que primero debemos resolver los asuntos internos y que dejemos de preocuparnos por lo que pueda suceder en Estados Unidos; otros opinan que la relación con el vecino del norte es simbiótica y por lo tanto hay que ocuparse de establecer un proyecto político-económico en defensa de la nación; en tercer contexto lo conforman líderes de opinión e intelectuales que consideran que el orate Trump merece no sólo la atención prioritaria del gobierno de Enrique Peña Nieto, sino que además obligadamente debe aplicar políticas que en todas las circunstancias beneficien al país y a los connacionales en Estados Unidos.

En todo este contexto claramente existe un divisionismo que daña lo interior, y por supuesto Trump no nos puede, ni nos tomará en serio.

Antonio Crespo Mendoza, profesor del CIDE, en su columna de esta semana, hace un breve comentario sobre este divisionismo, y cita puntualmente que en 1847, México también vivía una situación similar, en el ámbito interno los políticos, los terratenientes, hacendados, industriales y otros, consideraron que James Polk (entonces presidente de Estados Unidos) no era una verdadera amenaza para la soberanía nacional, y que el verdadero problema radicaba en Santa Ana, en su caso Gómez Farías…un año más tarde se firmó el Tratado Guadalupe-Hidalgo donde México perdió gran parte de su territorio…enseñanzas de la historia que no debemos pasar por alto.

Es muy claro que Trump va más allá de lo políticamente permisible, no hay día en que este personaje no ocupe las páginas de los diarios de todo el mundo, ya sea con su ríspida relación con la prensa a quien tilda de mentirosa, corrupta y otras linduras; o con algunas tiendas departamentales que no compran los productos de la familia Trump; o bien con el Poder Judicial a quien agrede públicamente.

En ocasiones sus comentarios provocan caos en los mercados internacionales; incita al odio racial y promueve la violencia contra los indocumentados, en fin en verdad es un peligro no sólo para México, sino para el mundo entero. Trump, como lo ha declarado Vladimir Evseev, Vicedirector del IPCEI (Instituto de Países de la Comunidad de Estado Independientes), es impredecible…y así será.

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