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Roger R. Rivera – La lucha por una amnistía y los derechos del trabajador

Roger R. Rivera
Roger R. Rivera

Las marchas para pedir una amnistía para los millones de trabajadores que residen en los Estados Unidos, sin la debida documentación, se ha llevado a cabo durante los años 2000 y 2001. Por desgracia, con la situación actual del país, los atentados terroristas perpetrados en Nueva York y Washington, han puesto de lado, temporalmente toda propuesta y ley de inmigración que beneficie a los inmigrantes.

Una persona que ha estado detrás de ésta y otras campañas desde hace años, no sólo por la amnistía, sino también, por los derechos de los trabajadores, es Roger R. Rivera, organizador de UFCW (United Food and Commercial Workers), local 428 en San José. Por su lucha constante y dedicada, pertenece a la Mesa Directiva de SIREN (Service for Immigration Rights for Education Network). Lleva alrededor de 20 años en una unión de sindicato. Rivera explica el por qué es bueno pertenecer a ellos y luchar por la amnistía para todos.

Compromiso con la Unión

En 1979, cuando tenía 19 años de edad, empezó a trabajar colocando las compras dentro de las bolsas en un supermercado de la cadena Fry’s Food en San José. Al entrar, se hizo miembro de la Unión UFCW y obtuvo beneficios médicos para él y su familia. Al poco tiempo nació su hija mayor, con serios problemas de salud.

“Aprendí rápido el valor del seguro médico para los niños y eso me permitió más adelante en mi vida, el ser apasionado a la hora de defender el sindicato. Existen trabajadores que critican el pago por ser miembro, mi hija tuvo un seguro médico y serios problemas de salud. Nunca pagué un centavo”, enfatizó Rivera. El sindicato pagó medio millón de dólares en recibos medicos en 90 días.

Actualmente, su hija continúa con sus estudios y entre los problemas que tuvo, está en haber sufrido la amputación de una de sus extremidades, una operación de corazón y padece de parálisis cerebral desde su nacimiento.

De ascendencia mexicana, Roger nació en Gilroy, California. En 1965, se divorciaron sus padres y se fue a vivir con su madre a Arizona. En 1977, regresó con su familia al Área de la Bahía. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad Estatal de San José y dijo con satisfacción “me tomó 10 años, pero lo terminé”.

Su lucha por la Comunidad Hispana

“Ser pobre, te ayuda a entender la necesidad de hacer algo por las demás personas. Yo viví algunos de los problemas tristes de la salud de mi hija. La mejor forma de ser feliz es ayudando a otros”, dijo Rivera.

“Los latinos siempre se están peleando unos con otros, no importa donde estemos. Nos preocupamos por los norteños, sureños, mojados, pochos, cholos, y con esas divisions estamos ayudando a que se aprovechen de nosotros”, recalcó este activista, quien piensa que estas divisiones hunden a los latinos.

Su lucha por los trabajadores latinos se inició tiempo atrás. A primera vista, por su aspecto físico y en especial cuando traía una larga cabellera dorada hasta los hombros, no parecía de origen hispano, pero eso no lo salvó de trabajar 18 años en un supermercado del área y no ser promovido a un puesto de administración, aunque contaba con todos los requisitos y conocimientos. Se topó con la discriminación. Entrenó a jóvenes de ascendencia europea que con menos experiencia y capacidad, al poco tiempo se convertían en sus jefes.

Ahora a Roger se le ha oscurecido más el pelo y se lo cortó, pero no han desaparecido sus ganas de seguir luchando en pro de los inmigrantes, ya que actualmente está trabajando y haciendo campaña por una mejor retribución salarial a empleados de una conocida cadena de supermercados latinos, en el Este y Centro de San José.

Rivera trata de decirle a los trabajadores hispanos sobre la importancia de estar en un sindicato. Mencionó el caso de Marina Food, un supermercado en Monterey Road, en San José, la cual despidió 25 a 30 trabajadores hispanos, por querer formar un sindicato. La razón que dio la compañía fue que los números del Seguro Social no estaban correctos. Esto desanimó a los trabajadores y desistieron de su empeño y las personas despedidas fueron reemplazadas inmediatamente por otras.

Por desgracia, la historia se repite y Rivera se siente imponente al no poder darles una solución inmediata. Ve cómo empleadores sin escrúpulos, reemplazan a los trabajadores fácilmente con otros que, muchas veces, según él, tampoco tienen sus documentos en regla. “Esto ya no es un problema local, es nacional”, afirma Rivera.

Por tal motivo, se propuso aprender leyes de inmigración y mejorar su español. Lo primero ya lo logró, pero “aún sigo aprendiendo español”, dijo modestamente, a pesar de que lo habla con fluidez.

Cuando Labor Center de UC Berkeley respaldó a Rivera en sus campañas, entonces empezaron a ser tomados más en serio.

Amnistía para todos

En 1999, en una campaña en la Ciudad de Los Ángeles, Rivera dijo que se necesitaba otra amnistía para los hispanos en los Estados Unidos. Su posición causó controversia, ya que a nivel internacional, el sindicato había dado a conocer lo opuesto, y dirigentes a nivel nacional de UFCW le estaba pidiendo que se retractara. Sin embargo, personalidades como Dolores Huerta lo respaldaban.

Por su lucha en pro de los latinos, Rivera se convirtió en miembro de la Mesa Directiva de Latinos Unidos. En 1998 se formó un grupo llamado “Lion” de UC Berkeley, organización de conexiones de trabajos del inmigrante.

Objetivos

Los objetivos que busca Rivera para los inmigrantes son:

  1. Reinstalar la ley 245-I: Trata de que la persona pueda pagar la multa de mil dólares y permanecer en el territorio para legalizar su estatus. Pero, desde 1996, está en virgor que si la persona se casa sin papeles, necesita regresar a su lugar de origen a realizar sus trámites legales, separando familias. La ley 245-I se hizo realidad en diciembre de 2000, cuando el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, firmó la reinstalación de dicha sección del Acta LIFE, la cual duró tres meses en vigor, beneficiando a más de 600,000 inmigrantes.
  1. Organizar a los trabajdores para que tengan mejores salarios, ofreciéndoles la información que necesitan saber, y
  1. Luchar por la amnistía

Su mensaje es: Luchen y protejan sus derechos. Rivera no es una persona con dinero y la mayor parte de su tiempo lo invierte entre las campañas y su familia. Actualmente tiene dos hijas, pero una vive fuera del estado. Es feliz ayudando a los trabajadores y lucha con una pasión que se muestra visiblemente en su voz y gestos. No descansará hasta que vea cumplido su sueño de amnistía para todos, y desde su Local 428 de UFCW en el centro de San José, está organizando y luchando por el sueño americano para todos los inmigrantes.

Ahora su lucha por el prójimo también está en contra de otro mal, un cáncer, que como a todo lo qe se propone Rivera, también le está dando la pelea.

 

 

 

 

 

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